1991 arrancaba con las primeras bombas lanzadas sobre Bagdad, en la I Guerra del Golfo. Las televisiones emitían la guerra en directo convirtiendo el conflicto para los espectadores occidentales en una película de acción muy real. El ejército británico también desplegaba sus tropas en Irak mientras que desde el antiguo puerto esclavista de Bristol, una banda llamada, Massive Attack creaba un nuevo estilo, el trip hop. “Blue Lines” influyó en tantas agrupaciones que no se puede entender la década de los 90 sin su sonido.
Ya con los idus de marzo, REM lanzaba su séptimo álbum, el segundo para una multinacional, el incontestable “Out of time” que fue encaramado a lo más alto de las listas gracias al single “Losing my religion”. Se trataba de una de las bandas clave de la escena independiente de los 80 y fue, tal vez, el primer ejemplo de este viaje salvaje desde el underground al estrellato masivo. Esto sólo sería la antesala de lo que vendría meses después.
Y de pronto, llegó el cambio más importante de la historia de la música popular desde The Beatles.
Y de pronto, llegó el cambio más importante de la historia de la música popular desde The Beatles.
En mayo, la polémica banda de hip hop NWA publicaban “Niggaz4live” y en un mes desplazaban a “Out of Time” de REM de lo alto del podio. Por primera vez, un disco de rap llegaba al número 1 de las listas Billboard. Los efectos fueron demoledores y el seísmo afectó los cimientos de la música. No fue sólo que este número 1 marcase un cambio de guardia en la industria músical sino que su efecto transformó la manera de hacer canciones. Derek Thompson en The Atlantic.com señala que, entre finales de los 80 y la mitad de los 90, se triplicaron los éxitos de canciones que se basan en sólo uno o dos acordes. Hasta entonces, las estructuras y las bases armónicas usaban muchos más acordes, existía un interés en que la melodía y la armonía llevasen el peso de la música, con cambios de partes, de tono y de acordes. El hip hop y su consolidación como género masivo fue el causante del cambio más importante de la historia de la música popular, después de los Beatles, en la manera de hacer canciones.