THE RIVER AND THE STONE, MORGAN

En esta última década, maravillosa década musical hemos visto tantas rupturas de prejuicios, tantas colaboraciones y giros que ya no resulta desatinado decir que Miley Cyrus es bastante mejor intérprete de rock que algunas figuras de rock del momento. A estas alturas, sabemos que las estrellas del firmamento pop (aunque algunas como Taylor Swift vengan del country), están publicando los álbumes más interesantes de estos tiempos. 

Todo esto viene a cuento porque el nuevo álbum de Morgan recuerda más a la parte más emocional de esas gigantes de la canción que a una banda de rock con tintes soul. Sí, sobre todo por la voz de Nina que brilla en ese cielo reservado a gargantas únicas y que se sostienen sobre los pilares de sus cuerdas vocales como una catedral de aire y sonido.

La banda, incluso con todas las nuevas texturas, suena poderosamente orgánica y eso es lo que les diferencia de discos como “Folklore” de Taylor Swift o “Blue Banisters” de Lana del Rey. Y por supuesto, en “River” hay algo de Hozier. No es tanto un juego de referencias sino de equivalencias. Puede que suene extraño, pero ¿No hay elementos comunes en la cadencia de Miley Cyrus en la voz de Nina o algo de “Beautiful” de Christina Aguilera en “On and on (Wake me up)”?

Lo que ha hecho Morgan es ponerse en consonancia con su propio tiempo. El logro es de sobresaliente, y su mérito reside es que viniendo de donde vienen, hayan alcanzado ambientes muy diferentes a su disco anterior sin perder el sabor a banda. Un ejemplo lo vemos en “WDTYA?” donde una guitarra slide (deslizante), pero en vez de emplear los códigos del rock sureño usan un lenguaje que les acerca a Pink Floyd.

El disco, en su primera parte es una exhibición de recursos y en “Paranoid Fall” arrancan a lo Franz Ferdinand, se ponen británicos hasta desembocar en ese estribillo glorioso que emparenta con “What’s you waiting for?” de Gwen Stefani, pero con más aguardiente. O tal vez a “Intuition” de Jewel, cuando quiso ser una sexy star. 

A partir de ese momento, como tanto discos de este año, muestran un tono más introspectivo y sombrío. Es el sonido del tiempo detenido, un intento de recuperar los años robados y de estirar cada segundo hasta el infinito. 

Morgan han recogido las aguas de diversos afluentes para darnos de beber y que saciemos nuestra sed con calma y, después bañarnos en su gran manantial para salir bautizados con puro gospel.

“The River And The Stone” está publicado por North Records.

#finalistaspremioruido2021