El verano no es para todo el mundo. Y es que, a veces, puede llegar a ser un infierno.
Nuestra lista está dedicada a quienes sufren cuando los demás disfrutan del sol.
Abren la lista Los Bichos con su especial recreación de un verano pasado y retorcido; hablan de zombis, esqueletos y recuerdos en clave glam pasada por The Only Ones.
Vegas y Rosenvinge iniciaron su idilio musical en Gijón; allí aunque sea verano, las nubes no dejan pasar fatal todo resulta en canciones fatales.
Caliza no se anda con rodeos y describe el verano si fuera una central nuclear; Elisa Pérez emplea consigna de manifestación y pegatina ecologista: “Verano no, gracias”.
Los Vegetales jamás sacaron un disco oficial, tal vez porque no se anduvieron con rodeos; ya lo dicen ellos mismo, si fueran Dios “sería invierno todo el año”.
Ilegales no van a ser contratados por ninguna agencia de turismo, pero advierten de forma contundente que, en el Norte, el clima es distinto.
Lehendakaris Muertos recogen el testigo al otro lado del norte y nos recuerdan que si buscas el Caribe en Euskadi, no lo vas a encontrar.
Biznaga confían en la luz de las quince velas del Oficio de Tinieblas, para el resto de cosas prefieren la penumbra. Después de tanta seriedad.
Pony Bravo ponen un toque de humor y reflejan su Sevilla natal como una Barcelona del sur; hay tantos turistas que el sevillano se ha convertido en uno, pero en su propia ciudad.
Los Planetas cuentan sus relaciones frustradas en un verano de pesadilla.
Javier Corcobado cierra la lista con la mejor canción contra el verano jamás escrita. Diez minutos de narración anti todo con muerte y destrucción para el verano y sus palmeros -y palmeras-. Una letra de poeta gigante para rematar una lista muy especial.
Gracias a todos y todas por tanto odio.