Que el futuro mira de forma intensa hacia atrás ya lo contó Simon Reynolds en su libro “Retromania”, pero no hace falta haber leído al crítico británico para darse cuenta de que la industria musical está obsesionada con su pasado. La cultura pop es un coche que va a toda velocidad mirando constantemente el retrovisor. En ese viaje feroz, el depósito se llena con las reediciones continuas, las giras de reunión, los grupos homenaje (las llamadas “bandas tributo”) y, en un triple salto mortal, han llegado los hologramas. Todo para mantener el combustible y que no se detenga el raudo vehículo del negocio. Pero es el público el que quiere subirse al asiento del copiloto y mirar hacia atrás mientras un conductor en 3D acelera.
Hace años, pudimos ver a Elvis en una pantalla acompañado de una banda real. Incluso escuchamos a Dr. Dre y a Snoopy Dog rapeando con el difundo Tupac. Fueron fallidos intentos de arrancar un motor que aún no estaba preparado para semejantes velocidades. Pero la tecnología ha mejorado tanto que las proyecciones en 3D han logrado que el holograma parezca totalmente real. En la gira de Roy Orbison y Buddy Holly, ¡parece que están vivos! Y eso lo cambia todo… Asistimos a las giras en holograma de María Callas y Whitney Houston.
Pero, también entra en juego una dimensión contractual. ¿Quién concede los permisos para que un artista resucite visualmente?
La tendencia es inevitable y es posible que, en un futuro no muy lejano, cuando los artistas firmen un contrato, tengan una cláusula con opción para proyectar su holograma. Lo justo, pensamos, sería que el propio artista pudiese decidir si quiere su holograma, y si éste es el joven, el de madurez o ambos. En un giro warholiano, incluso artistas vivos podrían usarlo sin que tuvieran que moverse de casa.
En Japón, siempre con un pie en la Edad Media y otro en el futuro, han creado una cantante virtual, Hatsune Miku, que llena estadios y ha llegado a actuar en España.
Despierta tantas pasiones que hasta recibe proposiciones de matrimonio. Y la empresa que la ha creado, Gatebox, ha extendido ya 3700 certificados de matrimonio. Future is Here.